POEMAS DE “CRÓNICAS DE PROVINCIA”
Edmundo
Magaña
Sobre
la mesa del billar,
entre
las bolas,
la
abuela mecía maestro hijo tan lejano.
Un
retrato de Bakunin
movía
los ojos.
Lenín
tomaba café con Pola Negri.
Nos
dijo que guardáramos
los
tubos de dentífricos para hacer balas
y las
botellas de Pisco para las bombas Molotov.
LAS
BOMBAS MOLOTOV.
¡POR
FIN!
Y
galopamos tanto sobre la Wolf 359
que mi
tumba se resintió.
(Las tumbas son
un buen escondite).
AH,
y también las bombas incendiarias:
Una botella de Pïsco.
Bencina.
Gasa.
Fósforos.
Y BUMMM
Mi maestro dijo:
Tú
andarás siempre con la soga al cuello.
EL CIRCO
Un
canotier.
Una
mano verde ha cogido un clavel.
Los
chicos de Lancashire preceden la caravana,
mientras
algunos marineros,
aguardan
la caída de la luna
en una bola de cristal.
Los
leones y el gran chimpancé,
en 2 jaulas redondas.
El pueblo es una
flauta.
Los músicos han dejado un órgano
detrás de los almendros
Y los oboes pendulan apacibles
de los cables
telefónicos.
EXPECTACIÓN:
El viejo Franz
ha caído
del tejado de su casa
con el
violín
clavado en el pecho,
entre las piernas de las bailarinas.
Sus cabellos azules.
Y el arlequín que repartía estrellas
rodeado de nubes.
Y el arlequín que repartía fusiles.
Los payasos tocan sus tambores de lata
Con el único extremo de los arcoíris.
En la casa del alcalde
Llueven pétalos BH.
Un domador solitario husmea nuestra nube 99.
Llega Mac Millan con sus violinistas,
es un submarino que ha dejado sobre los rieles
una paloma muerta.
Una
paloma.
Un
vagabundo rodeado de sonidos.
Dos ojos detrás de la estación.
EL MALABARISTA TIENE CINCO
MANOS,
pero,
el reloj de Wensmister marca las 7 horas
el anciano del balcón celeste,
que cuelga el teléfono en su
brazo arqueado.
ESE ES EL ANCIANO QUE
TIENE UN CORAZÓN DE MANZANA.
Un payaso de papel de periódicos
da volteretas en la plaza.
13 campanadas sacuden la tarde
botando las hojas de los álamos
TAMBORES.
Ha llegado un niño
con un hormiguero en el estómago
TAMBORES.
Ha llegado un niño de 9 pies.
TAMBORES.
Ha comenzado la Guerra Popular.
TAMBORES.
We shall overcome,
y un caballo transita muy tranquilo
y los brazos de esa bailarina dos ramas
de eucaliptus.
FERROCARRIL
AL VIETCONG.
VIAJEMOS.
Los violinistas arrean esqueletos rosados.
Han caído armónicas de vidrio.
¿Dónde?
BAILEMOS.
Bailarinas, bailemos:
Vuestros trajes de flores marchitas
aún no enmohecen.
Abuela, dime,
¿cómo han huido tus cadáveres?
¡ILUMÍNANOS
SATANÁS!
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